martes, 12 de noviembre de 2013

Talita Kum (Niña Levantate)

El Domingo 20 de Octubre en la población de Tinjacá Boyacá, se llevo a Cabo un evento especial por una noble causa que corresponde a la Fundación Talita Kum para niñas vulneradas cuya sede (Casa Regina Pacis) se encuentra en esta población Boyacense.




Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte Obispo de Chiquinquirá y 
Monseñor Luis Alfonso Meza Rincón 
fundador de los Hermanos Mensajeros de la Paz de Villa de Leyva estuvieron presentes.



Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte Presidió la Eucaristia que se celebró en la Bella Parroquia de San Blas de Tinjacá, Boyacá en compañia del Padre Parroco Guillermo Guzmán Sáenz.



Monseñor Luis Felipe inició la Eucaristía enfatizando en que todo lo que tenemos 
no lo tendríamos si no fuera gracias a Dios. 
Textualmente dijo:
"¿Qué es lo que tenemos que no nos ha dado Dios?"



Sugirió en que una frase que debemos tener presente siempre es
NADA SIN LA ORACIÓN, TODO COMO FRUTO DE LA ORACIÓN.

También exhortó a que, como hijos adoptivos de Dios, Él  nos pide que adoptemos a otros. Que les ayudemos a desarrollar sus dones y capacidades, que ayudemos a otros a ser siempre felices.


También dijo que debemos imitar a Jesús en el servicio. 
"Sirvamos a todos sin diferencias. Sirvamos aún a los que no agradecen." dijo.

Nuestra vida debe tener como bases el "servicio" y la "entrega" por encima de todo.


Después de la sagrada Eucaristía nos dirigimos en procesión a la casa Regina Pacis, 
sede de TALITA KUM (Niña Levantate). 


 En esta procesión se hicieron presentes las personas que asistieron a la Eucaristía sumandose pobladores y personas invitadas a la sede para el evento del día.
 

Ya en la sede todo estaba preparado para una tarde maravillosa 
que nos permitió a muchos conocer esta gran obra. 


Estando todos reunidos, se empezó con unas palabras de Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, quien agradeció la asistencia de las personas y enfatizó en la importancia de adoptar a quienes lo necesitan ayuda. 


Seguidamente la Bendición a este encuentro la dió Monseñor Luis Alfonso Meza Rincón


Se hizo una corta presentación de la Fundación Talita Kum por parte de la Dr. Sofía Suárez, Nutricionista de la fundación y Teresita Montaño.


Posteriormente se empezó con una presentación del maestro Orlando Verdugo y Uriel Urazán ambos de la ciudad de Chiquinquirá acompañados por la presentación de algunas de las niñas de la Fundación.






Hay que destacar la implacable animación del Padre Leonardo Eugenio Ruíz Sierra párroco de la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús de Chiquinquirá, quien con su gran alegria carisma sin igual logró estimular el bolsillo de todos los asistentes.


Agradeciendo a todos por la participación y su aporte económico a esta gran obra, ayuda que sin duda sera recompensada.

"Y si dieres tu pan al hambriento,
 y saciares al alma afligida, 
en las tinie­blas nacerá tu luz,
 y tu oscuridad será como el mediodía" 
Isaías 58:10.


En caso de querer saber más sobre esta gran obra y colaborar con ella
 diríjase a la  Diosesis de Chiquinquirá
Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte




Novena a La Virgen del Santo Rosario

Del Viernes 27 Septiembre hasta el Sábado 5 de Octubre 
Se llevó a Cabo en la Ciudad de Chiquinquirá la Novena a La Virgen del Santo Rosario en la Basílica de la Reina y Patrona de Colombia, organizada por el rector del santuario, el padre Narciso.



Diferentes grupos apostólicos de la ciudad participaron en la novena en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá. 


El Día Jueves 3 de Octubre le correspondió la Novena a Los Heraldos Del Evangelio.

El Domingo 6 de Octubre se llevo a cabo una procesión por la ciudad de Chiquinquirá en la cual se participó con una romería en la que los niños representaban los personajes de la historia de Nuestra Señora de Chiquinquirá. 





Después de esta celebración se llevó a cabo un almuerzo de integración, reconocimiento y agradecimiento entre los Heraldos, los Terciarios, algunos familiares e invitados con las hermanas de la Orden Segunda en el restaurante la Roca de la ciudad.

Mil gracias por su presencia

Procesión en San Miguel de Sema

El día 12 de Octubre en la población de San Miguel de Sema, Cundinamarca,
se llevó a cabo una misa muy especial con la presencia de los 
Heraldos del Evangelio y la Imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima.


La Eucaristía se celebró en la hermosa Iglesia de San Miguel Arcangel
de la mencionada población


Fue presidida por el Padre Párroco Dario Tellez Nieto y como Invitado estuvo el Reverendo Padre Nereo Humberto Castellanos, Párroco del Hogar Santo Domingo de Chiquinquirá.



La Emoción de los Feligreses fue muy grande teniendo en cuenta que la Parroquia esta consagrada a Nuestra Señora de Fátima y la Eucaristía tenía como motivo especial la bendición del nuevo altar para Nuestra Reina Universal

Se realizó una procesión y la bendición del altar que recibió aportes de 
la familia Sierra, vecina de la localidad.



La Virgen fue coronada por el Padre Tellez


 y el Rosario se lo puso una pequeña representante de la familia Sierra, la niña Manuela Sierra.



Fue inmensa la alegría de todos los asistentes por la belleza de la procesión, por la invaluable presencia de Nuestra Señora en compañía de los Heraldos del Evangelio.



La presencia de los Heraldos Del Evangelio fue resaltada por el Padre Tellez pidiendo el acompañamiento incondicional para próximas ocasiones. 


Una vez terminada la procesión y Eucaristía, por solicitud de la comunidad asistente, 
se extendió la presencia de Nuestra Señora hasta caída la tarde.
Se hizo un asado de agasajo por el nuevo altar para la Virgen de Fátima.

Nuevas Consagraciones



En la iglesia del Divino Niño, se consagraron las señoras Elizabeth Bustos, (izq), Clara Elizabeth Moya y su señora madre Doña María del Rosario Moya quien cumplía 93 años, según el método de San Luis María Grignon de Monfort. Las nuevas consagradas, quienes fueron preparadas por la terciaria Martha Hernández, recibieron la pañoleta naranja, símbolo de quien decide ser apostol de la Santísima Virgen y del Santo Rosario.




El Padre José Antonio Alvarado bendice las pañoletas.

Honra a la Santísima Virgen, ceremonia de coronación


La Señora Elizabeth Bustos firma el texto de la consagración compuesto por el santo francés.


Nueve historias sobre el purgatorio




PARA FINADOS, 02 de Noviembre:


Relatos piadosos.
Siempre es bueno reavivar nuestra creencia en el purgatorio, porque seguramente habrá allí en este momento parientes, amigos y conocidos a la espera de que nuestras oraciones le hagan más corto su período de purgación, y porque quizás nos toque estar allí un tiempo, y estaremos también anhelando que oren por nosotros.
nueve relatos antiguos sobre almas del purgatorio.

PRIMER RELATO

Refiere Tomás de Cantimprato que a un hombre muy virtuoso, pero que, a causa de una larga y terrible enfermedad, estaba muy deseoso de morir, se le apareció el Ángel del Señor y le dijo:
Dios ha aceptado tus deseos, escoge, pues: o pasar tres días en el purgatorio y después ir al cielo, o ir al cielo sin pasar por el purgatorio, pero sufriendo todavía un año de esa enfermedad.
Eligio lo primero: murió y fue al purgatorio. No había aun pasado un día, cuando el ángel se le presento de nuevo.
Apenas le hubo visto aquella pobre alma, “no es posible, exclama, que tú seas el Ángel bueno, pues me haz engañado así.
Me decías que solo estaría tres días en este lugar, ¡y hace ya tantos años que estoy sufriendo aquí las más horribles penas!
-Tú eres quien te engañas, contesto el Ángel: todavía no ha pasado un día, tu cuerpo esta aún por enterrar, si prefieres sufrir un año más esta enfermedad Dios te permite aún salir del Purgatorio y volver al mundo.
- Si, Ángel santo, replicó, no solo esta enfermedad durante un año, sino cuantas penas, dolores y males haya en el mundo sufriré gustoso, antes que padecer una sola hora las penas del Purgatorio”.
Volvió, pues, a la vida y sufrió con admirable alegría un año más aquella enfermedad, publicando a todos. lo terrible que son las penas del Purgatorio.

SEGUNDO RELATO

Refieren varios autores que estando un religioso carmelita descalzo en oración, se le apareció un difunto con semblante muy triste y todo el cuerpo rodeado de llamas.
- ¿Quién eres tú? ¿Qué es lo que quieres?, preguntó el religioso.
- Soy, respondió, el pintor que murió días pasados, y dejé cuanto había ganado para obras piadosas.
-¿Y cómo padeces tanto, habiendo llevado una vida tan ejemplar?, volvió a decirle al religioso.
-¡Ay!, contesto el difunto, en el tribunal del supremo Juez se levantaron contra mi muchas almas, unas que padecían terribles penas en el purgatorio, y otras que ardían en el infierno, a causa de una pintura obscena que hice a instancias de un caballero.
Por fortuna mía se presentaron también muchos santos, cuyas imágenes pinte, y dijeron para defenderme que había hecho aquella pintura inmodesta en la juventud, que después me había arrepentido y cooperado a la salvación de muchas almas, pintando imágenes de Santos, y por último que había empleado lo que había ganado a fuerza de muchos sudores, en limosnas y obras de piedad.
Oyendo el Juez soberano estas disculpas, y viendo que los santos interponían sus meritos, me perdonó las penas del infierno pero me condenó a estar en el purgatorio mientras dure aquella pintura.
Avisa pues, al caballero N.N. que la eche al fuego, y ¡ay! de él si no lo hace.
Y en prueba de que es verdad lo que te digo, sepa que dentro de poco tiempo morirán dos de sus hijos.
Creyó, en efecto, el caballero la visión y arrojo al fuego la imagen escandalosa.
Antes de los dos meses se le murieron los dos hijos, y el reparó con rigurosa penitencia los daños ocasionados a las almas.

TERCER RELATO

Estaba santa Brígida en altísima contemplación, cuando fue llevada en espíritu al purgatorio.
Allí vio, entre otras, a una noble doncella, y oyó que se quejaba amargamente de su madre, por el demasiado que le había tenido: “!AH! decía, en vez de reprenderme y sujetarme, ella me proporcionaba modas, novios, me incitaba a ir a los bailes, saraos, teatros, y hasta me engalanaba ella misma.
Es verdad que me enseñaba alguna devociones, pero que gusto podían dar estas a Dios yendo mezcladas con tanto galanteo y profanidad?.
No obstante, como la misericordia del señor es tan grande, por aquellas devociones que hacía, Dios me concedió tiempo para confesarme bien y librarme del infierno.
Pero ¡ay!, ¡que penas estoy padeciendo, si lo supieran mis amigas!!, ¡que vidas tan distintas llevarían!!.
La cabeza que antes ataviaba con dijes y vanidades esta ahora ardiendo entre llamas vivísimas, las espaldas y brazos que llevaba descubiertos los tengo ahora cubiertos y apretados con hierros de fuego ardentísimo, las piernas y pies, que adornaba para el baile ahora son atormentados horriblemente, todo mi cuerpo, en otro tiempo tan pulido y ajustado ahora se halla sumergido en toda clase de tormentos.”
Conto la santa esta visión a una prima de la difunta, muy entregada también a la vanidad, y ésta cambio de vida en términos que, entrando a un convento de muy rigurosa observancia procuró con rigidísimas penitencias reparar los desordenes pasados, y auxiliar a su parienta que estaba padeciendo tanto en el purgatorio.

CUARTO RELATO

Había en Bolonia una viuda noble, que tenía un hijo único muy querido. Estando divirtiéndose un día con otros jóvenes, paso un forastero y les interrumpió el juego.
Reprendiéndole ásperamente el hijo de la viuda, y resentido el forastero, sacó un puñal, se lo clavó en el pecho y dejándole palpitando en el suelo, echó a huir calle abajo con el puñal ensangrentado en la mano, y se metió en la primera casa que encontró abierta.
Allí suplicó a la señora que por amor de Dios le ocultase, y ella, que era precisamente la madre del joven asesinado, le escondió en efecto. Entre tanto llego la justicia buscando al asesino, y no hallándole allí,
“sin duda, dijo uno de los que les buscaba, no sabe esta señora que el muerto es su hijo, pues si lo supiera, ella misma nos entregaría al reo, que indudablemente debe estar aquí”.
Poco falto, para que muriese la madre de sentimiento al oír estas palabras. Más luego, cobrando ánimo y conformándose con la voluntad Divina, no solo perdonó al que había matado a su único y tan estimado hijo, sino que le entregó todavía una cantidad de dinero y el caballo del difunto para que huyese con más prontitud, y después le adoptó como su hijo.
Pero, ¡cuán agradable fue a Dios esta generosa conducta!
Pocos días después estaba la buena señora, haciendo oración, por el alma del difunto, cuando de pronto se le apareció su hijo, todo resplandeciente y glorioso, diciéndole:
“Enjuagad madre mía, vuestras lagrimas y alegraos, que me he salvado. Muchos años tenía que estar en el purgatorio, pero vos me habéis sacado de él, con las virtudes heroicas que practicasteis perdonando y haciendo bien al que me quitó la vida.
Más os debo por haberme librado de tan terribles penas, que por haberme dado a luz.
Os doy las gracias por uno y otro favor, ¡adiós, madre mía, adiós, me voy al cielo donde seré dichoso por toda la eternidad”.

QUINTO RELATO

Derrotado por Cayano, el ejército de Mauricio y hechos prisioneros gran número de soldados, Cayano pidió al emperador una moneda y no de valor muy subido, por el rescate de cada prisionero.
Mauricio se negó a darla. Cayano pidió entonces una de menos valor, y habiéndosela también rehusado, exigió por ultimo una ínfima cantidad, la que no habiendo podido lograr tampoco, irritado el bárbaro, mando cortar la cabeza a todos los soldados imperiales que tenía en su poder. Más ¿Qué sucedió?
Pocos días después Mauricio tuvo una espantosa visión. Citado al tribunal de Dios, veía gran multitud de esclavos que arrastraban pesadas cadenas, y con horrendos gritos pedían venganza contra él.
Oyendo el Juez supremo, tan justas quejas, se vuelve a Mauricio y le pregunta:
¿Dónde quieres ser más castigado: en esta o en la otra vida?
-¡Ah! Benignísimo Señor, responde el prudente emperador, prefiero ser castigado en este mundo.
Pues bien, dijo el juez, en pena de tu crueldad con aquellos pobres soldados, cuya vida no quisiste salvar a tan poco precio, uno de tus soldados te quitara la corona, fama y vida acabando con toda tu familia”.
En efecto, pocos días después se le insurreccionó el ejército, proclamando a Focas por emperador.
Mauricio fugitivo se embarcó en una pequeña nave con algunos pocos que le seguían, más en vano, furiosas las olas lo arrojan a la playa, y llegando los partidarios de Focas, le atan a él y a cuantos le seguían y los llevan a Eutropia, en donde, ¡oh, padre infeliz!
Después de haber visto con sus propios ojos la cruel carnicería que hicieron de cinco hijos suyos, fue muerto ignominiosamente, y no pasó mucho tiempo sin que el resto de su familia sufriese la misma desgracia.
¡Ah! Cristianos que oís esto, no son unos pobres soldados, son vuestros propios hermanos y vuestros propios padres los que han caído prisioneros de la Justicia divina.
Este Dios misericordioso pide por su rescate una muy pequeña moneda, de gran valor, es verdad, pero muy fácil de dar.
“¿Y seréis tan duros que se le neguéis?
¿Tan insensibles seréis a la felicidad de las ánimas y a vuestros propios intereses?

SEXTO RELATO

Tenía una pobre mujer napolitana una numerosa familia que mantener, y a su marido en la cárcel, encerrado por deudas.
Reducida a la ultima miseria, presentó un memorial un gran señor, manifestándole su infeliz estado y aflicción, pero con todas las súplicas no logró más que unas monedas.
Entra desconsolada a una Iglesia, y encomendándose a Dios, siente una fuerte inspiración de hacer decir con aquellas monedas una Misa por las Ánimas, y pone toda su confianza en Dios, único consuelo de los afligidos. ¡Caso extraño!
Oída la Misa, se volvía a casa, cuando encuentra a un venerable anciano, que llegándose a ella le dice: “¿Qué tenéis, mujer? ¿Qué os sucede?”
La pobre le explicó sus trabajos y miserias. El anciano consolándola le entrega una carta, diciéndole que la lleve al mismo señor que le ha dado las monedas.
Este abre la carta, y ¿Cuál no es su sorpresa cuando ve la letra y firma de su amantísimo padre ya difunto?
¿Quién os ha dado esta carta?
-No lo conozco, respondió la mujer, pero era un anciano muy parecido a aquel retrato, solo que tenía la cara más alegre.
Lee de nuevo la carta, y observa que le dicen: “Hijo mío muy querido, tu padre ha pasado del purgatorio al cielo por medio de la Misa que ha mandado celebrar esa pobre mujer.
Con todas verás la encomiendo a tu piedad y agradecimiento, dale una buena paga, porque está en grave necesidad”.
El caballero, después de haber leído y besado muchas veces la carta, regándola con copiosas lagrimas de ternura: “Vos, dice a la afligida mujer, vos con la limosna que os hice, habéis labrado la felicidad de mi estimado padre, yo ahora haré la vuestra, la de vuestro marido y familia”.
En efecto, pagó las deudas, sacó al marido de la cárcel, y tuvieron siempre de allí en adelante cuanto necesitaban y con mucha abundancia.
Así recompensa Dios, aún en este mundo, a los devotos de las benditas Animas.

SÉPTIMO RELATO

Cómo, diciendo misa el hermano Juan de Alverna el día de Difuntos,vio que muchas almas eran liberadas del purgatorio.
Celebraba una vez la misa el hermano Juan el día siguiente a la fiesta de Todos los Santos por todas las almas de los difuntos, como lo tiene dispuesto la Iglesia, y ofreció con tanto afecto de caridad y con tal piedad de compasión este altísimo sacramento, el mayor bien que se puede hacer a las almas de los difuntos por razón de su eficacia, que le parecía derretirse del todo con la dulzura de la piedad y de la caridad fraterna.
Al alzar devotamente el cuerpo de Cristo y ofrecerlo a Dios Padre, rogándole que, por amor de su bendito Hijo Jesucristo, puesto en cruz por el rescate de las almas, tuviese a bien liberar de las penas del purgatorio a las almas de los difuntos creadas y rescatadas por Él, en aquel momento vio salir del purgatorio un número casi infinito de almas, como chispas innumerables que salieran de un horno encendido, y las vio subir al cielo por los méritos de la pasión de Cristo, el cual es ofrecido cada día por los vivos y por los difuntos en esa sacratísima hostia, digna de ser adorada por los siglos de los siglos. Amén.

OCTAVO RELATO

Cómo, por los méritos de fray Gil,fue librada del purgatorio el alma de un fraile Predicador, amigo suyo.
Estaba ya fray Gil con la enfermedad de la que a pocos días murió, y enfermó también de muerte un fraile dominico.
Otro religioso amigo de éste, viéndole próximo a morir, díjole:
– Hermano mío, si te lo permitiese el Señor, quisiera que después de tu muerte vinieses a decirme en qué estado te encuentras.
El enfermo prometió complacerle, caso de que le fuese posible.
Ambos enfermos murieron el mismo día, y el de la Orden de Predicadores se apareció a su hermano superviviente, y le dijo:
– Voluntad es de Dios que te cumpla la promesa.
– ¿Qué es de ti? -le preguntó el fraile.
– Estoy bien -respondió el muerto-, porque aquel mismo día murió un santo fraile Menor, llamado fray Gil, al cual, por su grande santidad, concedió Jesucristo que llevase al cielo todas las almas que había en el purgatorio.
Con ellas estaba yo en grandes tormentos, y por los méritos del santo fray Gil me veo libre.
Dicho esto, desapareció, y el fraile que tuvo esta visión no la reveló a nadie; pero ya enfermo, temeroso del castigo de Dios por no haber manifestado la virtud y gloria de fray Gil, hizo llamar a los frailes Menores.
Se presentaron diez, y, reunidos con los frailes Predicadores, reveló el enfermo devotamente la visión ya referida. Investigaron con diligencia, y supieron que los dos habían muerto en un mismo día.
En alabanza de Jesucristo y del pobrecillo Francisco.
Amén.

NOVENO RELATO

Santa Gertrudis, aquella esposa tan regalada del Señor, había hecho donación de todos sus meritos y obras buenas a las pobres Animas del purgatorio, y para que los sufragios tuviesen más eficacia y fuesen más adeptos a Dios, suplicaba a su Divino Esposo le manifestase porqué alma quería que satisfaciese.
Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la santa multiplicaba, oraciones, ayunos, cilicios, disciplinas y otras penitencias, hasta que aquella alma hubiese salido del purgatorio.
Sacada una, pedía al Señor le señalara otra, y así logro liberar a muchas de aquel horrible fuego.
Siendo ya la santa de edad avanzada, le sobrevino una fuerte tentación del enemigo que le decía: “¡Infeliz de ti!
¡Todo lo has aplicado a las Animas del Purgatorio, y no haz satisfecho todavía tus pecados! Cuando mueras, ¡que penas y tormentos te esperan!”
No dejaba de acongojarla este pensamiento, cuando se le apareció Cristo Señor Nuestro, y la consoló diciendo: “Gertrudis, hija mía muy amada, no temas, los sufragios que tu ofreciste a las Animas del Purgatorio, me fueron muy agradables, tu no perdiste nada, pues en recompensa no solo te perdono las penas que allí habías de padecer, sino que aún aumentaré tu gloria de muchísimos grados.
¿No había prometido yo dar el ciento por uno, pagando a mis fieles servidores con medida buena, abundante y apretada?
Pues mira, yo haré que todas las almas libertadas con tus oraciones y penitencias te salgan a recibir con muchos Ángeles a la hora de la muerte, y que, acompañada de este numeroso y brillante cortejo de bienaventurados, entres en el triunfo de la gloria”.
Fuente: Jesús te busca